HDAD. STMO.
CRISTO DE LA FLAGELACIÓN,
NTRA. SRA.
DE LA ESPERANZA
Y SAN JUAN
EVANGELISTA
“…EL TIEMPO DE ESPERA, HA MERECIDO LA PENA”
Intento mirar hacía atrás y recordar mi vinculación
con ésta Hermandad. Corría el año 2002 y por una lesión de espalda de mi
hermano (costalero del Cristo de la Flagelación años atrás), decidí ocupar su
lugar; me hice dueño de su costal y su faja roja y me metí bajo ese paso de
misterio, ensayo tras ensayo sin faltar ni uno, así hasta llegar al esperado
Miércoles Santo, he de ser sincero, pues mi infancia y mi unión a otras
hermandades me hacía pensar que sólo ese año estaría bajo ese paso, pero no,
eran las nueve de la noche de ese bendito Miércoles Santo y junto a mis
compañeros me senté frente al sagrario para pedirle al Señor tener una buena
estación de penitencia; desde ese mismo instante algo en mi cabeza empezó a
cambiar de forma de pensar, algo que durante las próximas cinco horas se
convertiría en una de las cosas más apasionantes y queridas que he hecho en mi
vida; cinco horas en las que es inimaginable todo lo que me pasaba por la
cabeza, una multitud de recuerdos y sentimientos, una gran cantidad de momentos
inexplicables, o no, sí tenían explicación, y dicha explicación era que desde
lo alto de ese bonito paso de misterio, alguien me extendía la mano, y ese
alguien eras tú, Jesús, “mi moreno querido”, tú que me pedías que nunca me
apartase de ti, y que trabajase día a día a tú servicio.
Así daba comienzo mi andadura en ésta Hermandad,
días después de mi primer Miércoles Santo decidí hacerme hermano y jamás
apartarme de ti. Me apunté a esa larga lista de hermanos mayores venideros
junto a Nieves e Inmaculada Sierra, a las cuales una estrella será la más feliz
del universo cuando allá por las ocho de la tarde del próximo uno de Abril la
puerta del templo de San Martín se abra para dar paso a nuestros tres
titulares. Jesús, María y Juan, hoy por hoy me siento la persona más afortunada
del mundo al poder trabajar a vuestro servicio, de poder invertir la gran
mayoría de mi tiempo libre en trabajar junto con otras personas para una
hermandad que lucha día a día por rendiros culto cada Miércoles Santo.
Desde hace apenas unos días, una estrella en el
cielo brilla más que todas las demás, es la estrella del joven Alberto, que no
pertenecía a esta Hermandad, pero que cuando este Miércoles Santo el paso de
San Juan asome por el atrio de San Martín irá lleno de jóvenes costaleros,
todos compañeros suyos que querrán dedicarle cada levantá, que querrán mantenerlo
siempre vivo en el recuerdo.
Manuel Aguilar Segovia - Presidente/ Hermano Mayor
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